El escenario perfecto: montes verdes con tintes ocres que nos abrazan alrededor, un espacio abierto donde el sol y la lluvia se pelean por algo de protagonismo durante toda la tarde. Llegó entonces la primera visita al baño antes de que se vuelvan inhumanos mientras Natalia entona las rolas de su nuevo disco; para muchos devaluada y para muchos otros sobrevaluada, lo cierto es que siempre se le agradecerá componer y cantar sus canciones y ser más auténtica que muchos solistas o bandas que enarbolan la bandera de la autenticidad a través de lugares comunes en su música y letra.
Por fin, alrededor de las 7:30 de la noche Sigur Ros deja escuchar: “Svefn-g-englar” provoca felicidad en todos nosotros, después “Glósóli” y “Vaka”, todo iba increíble hasta que de pronto el vocalista Jonsi pide un descanso…en este momento todo empezó a ir en picada y sin parar.
¿Cómo?, después de tres rolas un descanso.
Por lo mientras nos reventamos una banda de vientos que los acompañaba y que intentaron hacer el paro, estaban tan espantados y nerviosos que hasta tocaron el himno de Islandia.
20 minutos después apareció uno de los organizadores solicitando a una Doctora y nos explica que el baterista de Sigur Ros no se encuentra bien y que le echemos todas las buenas vibras para que se recupere... ¿Quieres saber cómo terminó todo? Da click AQUI
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