AVENGED SEVENFOLD (por el Reverendo AK-47)

El Rock es joven, aún muy joven, o mejor dicho no hay lugar para amargados.

¿Metal?, ¿Hard Core?, ¿Metal para fresas?, ¿Metal-Core?, ¿Rock para niños? ¡ah! ¿qué toca Avenged Sevenfold?, en mi opinión no tocan ninguna de las cosas de arriba y al mismo tiempo todas. Pero al final lo hacen bastante bien, como el mismo Diablo, con toda la energía de unos Guns de antaño, o de los inicios de un Pantera rabioso, combinado con miles de tintes que hicieron de la noche del 31 de mayo en el salón 21 un moshpit de emociones adolescentes y que nos dejaron con un gran sabor de boca, sobretodo aquellos que no creemos en la supremacía de los indies o de emos golpeando a emos en nombre de un género (en este caso los géneros musicales oscuros para ponerlo fácil).
Bueno, dejando atrás las disculpas por pasarla bien, cuando sabemos que hay mucho panda enojón, el sabroseo empezó puntual con unos A7X que salieron a romper madres y con una fuerza que en verdad pocas veces he visto en mis casi 15 años de asistir a conciertos de metal. Poniendo a saltar, a gritar, a vitorear, a headbangear a nuestras fuerzas básicas del rock, a nuestra juventud de partido, a nuestros camaradas de la secu, que ahora sí pueden contar los lunes lo chingón que es ver en vivo a una verdadera banda de rock. A todos los que estábamos ahí nos agarraron de las bolas y no nos soltaron hasta que la noche terminó en un río de sudor que adornaba el piso del recinto.

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